
Anoutta Vongladsamee/CRS
Acerca de nosotros
Guiados por la Enseñanza Católica Social, trabajamos por la dignidad humana, promoviendo la caridad, justicia y el desarrollo en comunidades vulnerables alrededor del mundo.
Catholic Relief Services (CRS) fue fundada en 1943 por los obispos católicos de Estados Unidos para servir a los sobrevivientes de la Segunda Guerra Mundial en Europa. Desde entonces, hemos ampliado nuestra labor, alcanzando a más de 200 millones de personas en más de 100 países distribuidos en cinco continentes.
Durante más de 80 años, nuestra misión ha sido ayudar a las personas pobres y vulnerables en el extranjero, trabajando bajo el espíritu de la doctrina social católica que promueve el carácter sagrado de la vida humana y la dignidad de la persona. Aunque nuestra misión está arraigada en la fe católica, nuestras operaciones atienden a las personas según sus necesidades, sin importar su raza, religión u origen étnico. En Estados Unidos, CRS involucra a los católicos para que vivan su fe en solidaridad con los pobres y los que sufren alrededor del mundo.
CRS se inspira en el ejemplo de Jesucristo para aliviar el sufrimiento, ofrecer ayuda para el desarrollo y promover la caridad y la justicia. Estamos comprometidos con un conjunto de Principios Rectores y asumimos la responsabilidad mutua para cumplirlos.
Descubre cómo pequeños milagros transforman la vida de las personas más vulnerables en todo el mundo. Sé testigo de la ayuda que salva vidas y la esperanza que Catholic Relief Services lleva a quienes más la necesitan. Descubre hasta dónde puede llegar tu corazón.
Como la agencia oficial de ayuda humanitaria internacional de la comunidad católica en Estados Unidos, CRS está dirigida por una junta directiva compuesta por clérigos, en su mayoría obispos elegidos por la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (en inglés), así como religiosos y laicos católicos.
CRS mantiene estrictos estándares de eficiencia, responsabilidad y transparencia: el 93% de nuestros gastos se destina directamente a programas.
El compromiso de CRS con la doctrina católica
Catholic Relief Services es una manifestación de amor de la comunidad católica de Estados Unidos hacia nuestros hermanos en todo el mundo. Protegemos, defendemos y promovemos la vida humana en todo el mundo satisfaciendo directamente las necesidades básicas y abogando por soluciones a las injusticias. CRS es una organización provida comprometida a preservar la santidad y la dignidad de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural. Cada aspecto de nuestro trabajo está orientado a ayudar a que la vida florezca. Estamos firmes en nuestro compromiso con la Iglesia y su doctrina.
Como parte de la Iglesia universal, trabajamos con instituciones católicas locales en todo el mundo. Como agencia humanitaria que ayuda a personas necesitadas en más de 100 países, sin distinción de raza, religión o nacionalidad, también participamos en iniciativas de desarrollo impulsadas por una variedad de grupos, incluidos gobiernos, otras comunidades religiosas e instituciones laicas. Aunque algunas posturas y prácticas de estas instituciones no siempre coinciden con la doctrina católica, CRS se enfoca exclusivamente en actividades plenamente alineadas con las enseñanzas de la Iglesia.
CRS emplea tanto a católicos como a no católicos. La participación en asociaciones profesionales permite a nuestro personal obtener información y avances tecnológicos que nos preparan mejor para servir a quienes están bajo nuestro cuidado, siempre en plena conformidad con las enseñanzas católicas. Además, nuestro personal forma parte de coaliciones que amplían los servicios a personas en situación de pobreza, especialmente para aquellas que viven en zonas remotas donde CRS no tiene presencia. Estas coaliciones brindan a CRS una plataforma para presentar métodos y procedimientos efectivos que demuestran la eficacia de los enfoques católicos en temas de salud y planificación familiar. Estas son nuestras oportunidades para abrir espacios en la esfera pública al punto de vista católico y dar testimonio de nuestra fe.

¡50 centavos al día pueden salvar vidas!
No todos podemos estar allí, junto a nuestros hermanos más necesitados. Pero todos podemos contribuir con el fruto de nuestro esfuerzo.